Publicado el 29 de mayo de 2019 en www.denisonforum.org
“Cuando sea, donde sea, pase lo que pase, su primera afeitada es especial”. Esta es la leyenda de un anuncio de Facebook de Gillette. Presenta a una persona joven afeitándose mientras un padre ofrece ánimo.
Lo que hace que el anuncio sea inusual es que la persona es transgénero. El anuncio ha recibido más de un millón de visitas a partir de esta mañana.
Una estrategia que cambió América1
Como el mes del «Orgullo Lesbiano, Gay, Bisexual y Transgénero» comienza más tarde esta semana, podemos esperar muchos más mensajes como éste en los medios de comunicación. Son parte de una estrategia que ha estado avanzando en nuestra cultura durante más de tres décadas.
En 1987, un investigador de neuropsiquiatría llamado Marshall Kirk y un científico social llamado Hunter Madsen (usando el seudónimo de Erastes Pill) escribieron un ensayo titulado «La remodelación de la América heterosexual» (The overhauling of straight America). Su estrategia se convirtió más tarde en un libro.2
Te animo a que te tomes un tiempo para leer su artículo en su totalidad. Es una ventana fascinante y preocupante del movimiento LGBTQ que ha barrido nuestro país en los años desde su escritura.
Kirk y Madsen armaron una estrategia de seis partes:
- «Habla de gais y homosexuales tan fuerte y tan a menudo como sea posible» para desensibilizar al público.
- «Representa a los homosexuales como víctimas, no como retadores agresivos», lo que lleva a la sociedad a asumir el papel de protector.
- “Dar a los protectores una causa justa”, como la lucha contra la discriminación y a favor de los derechos civiles.
- “Haz que los homosexuales se vean bien” exaltando a homosexuales destacados y a las celebridades que los respaldan.
- “Haz que los victimarios se vean mal” asociándolos con nazis, miembros de KKK, etc.
- «Solicita fondos» para una campaña masiva de medios.
Su consejo para contrarrestar a las iglesias conservadoras fue especialmente profético: “Primero, podemos usar la conversación para enturbiar las aguas morales. Esto significa publicitar el apoyo a los gais por parte de iglesias más moderadas, plantear objeciones teológicas propias sobre interpretaciones conservadoras de enseñanzas bíblicas, y exponer el odio y la inconsistencia.
“En segundo lugar, podemos socavar la autoridad moral de las iglesias homofóbicas representándolas como remansos anticuados, muy desfasados con los tiempos y con los últimos descubrimientos de la psicología. Contra la poderosa atracción de la religión institucional, uno debe establecer el magnetismo más poderoso de la Ciencia y la Opinión Pública».
Kirk y Madsen señalan: “Una alianza tan impía ha funcionado bien contra las iglesias antes, en temas como el divorcio y el aborto. Con suficiente charla abierta sobre la prevalencia y la aceptabilidad de la homosexualidad, esa alianza puede funcionar de nuevo aquí».
Mis respuestas a su estrategia
Mi propósito esta mañana no es deshacer los últimos treinta años de historia cultural. Más bien, es hacer lo que pueda para evitar que la estrategia extraordinariamente efectiva de Kirk y Madsen influya en quienes lean este artículo.
Respondamos a sus seis pasos sucesivamente.
Primero, no debemos ser insensibles a lo que la palabra de Dios describe como pecado. Las Escrituras claramente enseñan que la actividad homosexual está fuera de la voluntad de Dios para nosotros (para más información, vea mi artículo, «¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad?»). Repetir una declaración no la hace verdadera.
En segundo lugar, nunca debemos victimizar a las personas homosexuales, pero tampoco debemos considerar que la actividad homosexual sea más aceptable porque algunos homosexuales han sido victimizados.
Tercero, debemos tener en cuenta que los derechos civiles de los cristianos evangélicos ahora están siendo suprimidos por aquellos que nos obligan a actuar de una manera que viola nuestras creencias bíblicas y libertades religiosas.
Cuarto, no debemos confundir la popularidad de una posición con su veracidad. Las multitudes que recibieron a Jesús el domingo de Ramos lo condenaron el Viernes Santo (Lucas 19: 37–38; 23:21).
Quinto, no debemos combinar las acciones indefendibles de algunos que se llaman evangélicos con la verdad y la moralidad bíblicas. Quienes ridiculizan a las personas LGBTQ no representan el espíritu de Jesús ni manifiestan el “fruto del Espíritu” (Gálatas 5: 22–23).
Sexto, debemos tener cuidado de separar los mensajes de los medios (sin importar cuán generalizados se vuelvan) de la verdad bíblica.
Nuestro propósito al defender y proclamar la verdad bíblica.
Nuestra cultura nos haría creer que debemos elegir entre amar a las personas LGBTQ y defender la moral sexual bíblica. Lo contrario es cierto: cuanto más amamos a alguien, más queremos lo mejor de Dios para ellos.
Nuestro propósito al defender y proclamar la palabra de Dios es que otros puedan conocer la voluntad «buena, agradable y perfecta» de nuestro Padre para sus vidas (Romanos 12: 2).
¿Orarías por el nombre de las personas LGBTQ que conoces, pidiéndole a Dios que les muestre su amor y les revele su verdad? Entonces, ¿le pedirías que te respondiera tu oración?
[1] “América” se refiere aquí a los Estados Unidos de América (nota del traductor).
2 El libro es: Marshall Kirk y Hunter Madsen. “Después del Baile. Cómo América conquistará su temor y su odio por los gais en los ’90” (After the Ball: How America will conquer its fear and hatred of gays in the ‘90s). New York, Doubleday, 1989; 398 pp. (nota del traductor).
Traducido por Fernando Saraví.
Gracias Richard por el tema tratado. Muy actual y necesario para el cristianismo de hoy.
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