El Evangelio en tres dimensiones
1 Tesalonicenses 1:9-10 implica que el Evangelio tiene tres dimensiones:
Personal e individual | Ustedes (haciendo referencia a cada persona como individuo) se convirtieron, sirven y esperan. |
Corporativa y social | Ustedes (haciendo referencia a la comunidad en su conjunto) sirven a Dios y a los demás. |
Cósmica y escatológica | Ustedes (juntos) esperan los “nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia” (2 Pe. 3:13). |
Nuestra salvación personal e individual es crucial, básica y gloriosa; pero el Evangelio no se trata sólo de nosotros. Nuestra redención personal del pecado y de Satanás es necesaria y magnífica. Nuestra reconciliación personal con Dios y los demás es restauradora y preciosa. Sin embargo, estas bendiciones no son el fin de la historia. No somos redimidos tan sólo para nuestro propio beneficio.
Además, nuestras historias individuales están definidas por la iglesia, la comunidad redimida de Dios. No servimos y adoramos a Dios en soledad ni de forma autónoma. Nuestras identidades y destinos están determinados por la misión de Dios en el mundo a través del cuerpo de Cristo.
Lo que es aun más importante es que nuestras historias redentoras y la historia de la misión de la iglesia, en última
instancia, se definen por la misión eterna y cósmica del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el siglo IV, Agustín expresó esta idea con claridad:
El premio de la virtud será el mismo Dios que nos dio la virtud, pues a los que la tuvieren les prometió a sí mismo, porque no puede haber cosa ni mejor ni mayor. Porque, ¿qué otra cosa es lo que dijo por el Profeta: “yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”, sino yo seré su satisfacción, yo seré todo lo que los hombres honestamente pueden desear, vida y salud, sustento y riqueza, gloria y honra, paz y todo cuanto bien se conoce? De esta manera se entiende también lo que dice el Apóstol: “que Dios nos será todas las cosas en todo”. Él será el fin de nuestros deseos, pues le veremos sin fin, le amaremos sin fastidio y le elogiaremos sin cansancio.