Dios es el pensador supremo, poseedor de tal cantidad y calidad de conocimiento que sólo podemos describirlo como omnisciente. Él es el inteligente rey, arquitecto, economista y filósofo de la creación. De hecho, es el más eminente experto en todas las esferas del conocimiento. Es el más grande genio ontológico, sabio y virtuoso. Es una mente maestra, el indiscutible especialista en todos los tipos de inteligencia. Además, tiene un amplio y profundo entendimiento de todos y cada uno de los ámbitos del conocimiento, en todos los idiomas y en todos los grados de desarrollo.
Dios sabe coordinar los medios y los fines, las causas y los efectos. Sus diagnósticos y prescripciones son siempre acertados. Él es el edificador de todo lo que él diseña y sus ideas siempre tienen resultados positivos. Es la personificación de la infinita virtud intelectual: el coraje, la prudencia, la imparcialidad, la curiosidad, la honestidad y la humildad siempre se evidencian en él porque él mismo es el Pensador y Hacedor paradigmático.
Por lo tanto, en todos estos sentidos, Dios fue el ejemplo y modelo de virtud intelectual para Adán. Él mostró a Adán y Eva cómo representar los intereses divinos en el jardín del Edén como gobernantes aprendices, edificadores, inversores y pensadores. Dios quería
que sus vicerregentes cuidaran, cultivaran, protegieran y expandieran su propiedad, para gloria del nombre del Señor y para el beneficio de sus criaturas (Génesis 1:26-28).
Efectivamente, el Edén fue creado para ser habitado por pensadores, puesto que quien lo diseñó es también un pensador, dueño de una mente brillante. El Edén fue el producto de un Dios sabio y conocedor y, a la vez, de un Dios que se da a conocer a sus criaturas. Por eso, era un mundo inteligible, que podía someterse al análisis. Era racional, manipulable y maleable porque tenía potencial de expansión y desarrollo. El científico, matemático y artesano trascendente fue quien lo diseñó y lo construyó.
Como usted podrá advertir en este punto, las capacidades intelectuales que Dios nos ha dado son muy importantes. Conforme las descubrimos, desarrollamos y aplicamos, contribuimos a la consumación del plan de Dios para la creación.
No obstante, la inteligencia es multifacética. Existen muchos y diversos tipos de habilidades cognitivas que trascienden el limitado análisis de las típicas pruebas de coeficiente intelectual. El psicólogo Howard Gardner elaboró una teoría que postula la existencia de nueve tipos de inteligencia:
La inteligencia naturalista: Es el tipo de inteligencia que poseen las personas sensibles al mundo natural. Disfrutan pasar tiempo en el entorno natural cultivando y explorando el medio ambiente.
La inteligencia musical: Quienes poseen inteligencia musical tienen una excelente capacidad de captar el ritmo y distinguir la tonalidad, la altura y el timbre de los sonidos. Es muy frecuente que estas personas toquen un instrumento musical o se desenvuelvan como profesionales de la música.
La inteligencia lógico-matemática: Las personas que poseen este tipo de inteligencia son excelentes en matemáticas y se destacan por su capacidad de trabajar con los números. Reconocen patrones fácilmente y abordan los problemas desde un razonamiento lógico.
La inteligencia existencial: Las personas poseedoras de una gran inteligencia existencial se hacen preguntas como: qué somos y cuál es nuestra razón de ser. Suelen ser pensadores con profundas reflexiones filosóficas y tienen la capacidad de buscar respuestas a preguntas que los trascienden.
La inteligencia interpersonal: Las personas que tienen este tipo de inteligencia suelen ser dueñas de una sensibilidad especial en el trato con los demás que les permite leer bien distintas señales en el lenguaje verbal y no verbal. Son capaces de determinar el temperamento y el estado de ánimo de las personas que los rodean y sienten empatía fácilmente. Este tipo de inteligencia puede encontrarse en los políticos, trabajadores sociales, consejeros y psicólogos.
La inteligencia lingüística: Las personas que poseen una aguda inteligencia lingüística tienen la capacidad de expresar muy bien sus emociones y pensamientos en lenguaje verbal para darse a entender a los demás. Suelen verse atraídas por actividades como la lectura, la escritura y la oratoria.
La inteligencia cinético-corporal: Las personas que poseen una gran inteligencia en este ámbito tienen una excelente percepción del ritmo y una gran capacidad de coordinar la mente y el cuerpo. Tienen la habilidad de usar su cuerpo como medio de expresión de emociones e ideas, razón por la cual suelen dedicarse a la danza, los deportes o la medicina.
La inteligencia intrapersonal: La inteligencia intrapersonal es la capacidad de reflexionar sobre uno mismo, comprender los propios pensamientos y sentimientos y, en términos generales, examinar la condición humana. Los filósofos, líderes espirituales, psicólogos y escritores suelen ser poseedores de una aguda inteligencia intrapersonal.
La inteligencia visual-espacial: La inteligencia espacial se define como la capacidad de aprehender los objetos en las tres dimensiones del espacio físico. Las personas que la poseen suelen dedicarse a la arquitectura, el diseño y la geografía.
Lo animo a pensar en estos tipos de inteligencia y descubrir cuál o cuáles son las suyas, aceptarlas como parte de sus capacidades, cultivarlas y usarlas para la gloria de Dios, la bendición de la humanidad y su propia realización personal.
Traducido por Micaela Ozores
Cosmovisión Bíblica 