Perspectivas de la Pandemia: La pandemia y yo (Por Laura Cerviño)

(Laura es profesora de Inglés, hace «stand up» y vive en Argentina.)

Me hace acordar a PLATERO Y YO, cuando lo leí en la primaria. Se está haciendo larga esta cuarentena y no sabemos a ciencia cierta cuándo vamos a poder volver a salir libremente y si es que volvemos a salir libremente. Hay muchas posturas con respecto a eso. Hay hechos, pero también interpretaciones de esos hechos, así como también, muchos que ganan y muchos que pierden. Como en la guerra misma. Esta también es una guerra contra un virus desconocido o no, creado o no, pero ha afectado a muchas vidas y tiene muchos efectos colaterales que aún no hemos visto.

Ahora, esto me hizo acordar a Noé. ¿Te acordes de su historia? Si nunca la leíste, buscá en la Biblia (o en Google, Génesis 7) cuando entra a un barco grandísimo, llamado Arca, con su familia y parejas de animales, sin saber bien qué estaba haciendo. Era un hombre grande, trabajó mucho para construir esa Arca y soportó mucha burla de la gente. Ya estaría cansado y lleno de preguntas. Encima, tuvo que dejar afuera a muchos vecinos, familiares, amigos que cuando vieron que era cierto lo de la lluvia, le rogaban entrar y él no pudo dejarlos.

Qué parecido con lo que vivimos, ¿no? Aislados en casa, con la familia, si es que tenemos, o solos. Sin amigos. Rechazando, quizás, ofertas de los más osados que nos invitan a romper la cuarentena. Con temor, en mayor o menor medida, por nosotros, por los demás. Con gente que no golpea a nuestra puerta, pero bien sabemos que quedan fuera del “arca actual” o del sistema y nos parte el corazón.

Y lo peor, la incertidumbre. ¿Hasta cuándo va a durar esto?

Noé se lo habrá preguntado miles de veces, estaría ansioso, cansado, todos le vendrían a preguntar a él; seguro, era el mediador entre todas las peleas que habría a bordo.

No quisiera haber sido Noé. Pero hoy soy, parte de esa arca.

Dicen que el diluvio duró 40 días, pero no sabemos la forma de contar los días en esa época. Quizás, de cuarentena, pasó  a ochentena, como en nuestro caso.

¿Cuándo va a dejar de llover? ¿Cuándo vamos a volver a salir? Cuándo, cuándo, cuándo.

Es la única pregunta que se nos viene a la mente.

A mí se me ocurrió sumar el: ¿Para qué? ¿Para qué Dios puede usar este tiempo de confinamiento en nuestras vidas?

¿Pensaste en eso?

Cuando Noé bajó, hizo un altar y adoró. Algo él experimento en ese confinamiento que lo acercó más a Dios.

No sé qué. No sé cómo. Pero el adoró.

Yo quiero lo mismo. Terminar este confinamiento siendo distinta. Y salir y adorar a Dios. Con un nuevo corazón, con la esperanza de que todo puede volver a empezar.

¿Vos?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.