(Translated with permission. The poem originally appeared as «We’ve All Been Exposed».)
Todos hemos sido expuestos
Todos hemos sido expuestos.
No necesariamente al virus
(o tal vez sí… ve tú a saberlo).
El virus nos ha expuesto a todos.
El corona nos está exponiendo.
Expone nuestra debilidad.
Expone nuestra oscuridad.
Expone lo que suele ocultarse bien
detrás de la apariencia del alma,
tras máscaras invisibles.
Ahora nos exponen mascarillas de tela
que no alcanzan para escondernos.
Expone la comodidad a la que nos hemos vuelto adictos.
Nuestra obsesión por tener el control.
La compulsión de acumular.
La protección de lo propio es lo primordial.
El corona destapa lo que llevamos dentro,
derriba nuestras paredes,
revela nuestras ilusiones y desmantela
nuestros planes más pensados.
Está exponiendo a qué dioses adoramos:
la salud
el apremio
la sensación de estar seguros.
Nuestras mentiras favoritas
nuestros deseos secretos
nuestra confianza, que divaga
en el lugar equivocado.
Nos lleva a replantearlo todo:
¿qué es la iglesia sin un edificio?
¿qué valgo yo sin un ingreso?
¿cómo hacer planes sin certezas?
¿cómo amar a pesar de los riesgos?
El corona me expone a mí.
Mi insensibilidad irreflexiva
el tiempo perdido en las redes
las palabras imprudentes que he dicho
la fragilidad de mis ánimos.
Todos hemos sido expuestos.
Nuestra chatarra quedó al desnudo.
Nuestros temores, al descubierto.
Las vendas están rotas.
La mascarada ha terminado.
¿Y ahora qué? ¿Qué más nos queda?
Manos limpias
Una mirada nítida
Un corazón compasivo.
Lo que el corona pudo revelar
Dios lo puede sanar.
Ven, Señor Jesús.
De nosotros ten piedad.
Traducido por Micaela Ozores
Cosmovisión Bíblica 
Todos hemos y somos expuestos para nuestro bien. Tenemos que crecer como hijos de Dios. Ahora nos damos cuenta realmente de la diferencia que hay entre lo » urgente» y » lo importante» en tiempo real.
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