El Rey divino 

Varios comentaristas han percibido el “sabor a realeza” que deja la lectura de Génesis 1 y 2. Por eso, examinaremos algunas de las formas en que se manifiestan la autoridad y el control de Dios en estos pasajes. En primer lugar, el Dios trino establece su gobierno por decreto divino y mediante su obra soberana, dirigiéndose al consejo celestial con prerrogativa divina y hablando en primera persona del plural (“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, Gn. 1:26). Su voluntad se instaura por decreto divino, con palabras que expresan el pensamiento y la intención de Dios. Lo hace con declaraciones reales: “Que haya (un objeto)” y mandando a ese objeto que realice una acción determinada. También leemos “informes de desempeño” (“Y así fue”, que anuncia el cumplimiento del mandato divino) e “informes de evaluación” (“Y vio Dios que era bueno”). Hay acciones que muestran la intencionalidad de Dios: dar nombre a las cosas, declarar su propósito e impartir mandatos y bendiciones.

En segundo lugar, Dios dio nombre a todas las cosas en Génesis 1. El verbo “llamar” aparece varias veces en relación con los parámetros físicos y temporales de la existencia: el “día” y la “noche” (vv. 5-6); los “cielos” (v. 8), la “tierra” y los “mares” (v. 10). Dios definió la existencia cuando “creó los cielos y la tierra”. Dio forma al vacío y llenó la obra de sus manos con criaturas animadas y objetos inanimados. Por medio de sus imperativos divinos (“que haya [un determinado objeto]”), acciones reales (juntar, poner y producir), infraestructura definicional (“reinar”, “según su género”) y bendiciones, Dios estableció un dominio, declaró un propósito y reveló funciones. Declaró su señorío sobre la creación y estableció unilateralmente una relación con el mundo en la cual él es el rey y señor soberano. Aun más relevante es observar que, de esta forma, él mostró una distinción ontológica entre él mismo y todo lo que él creó.

En tercer lugar, Génesis 1 y 2 presentan a Dios como un “diseñador y artífice, que da forma a la obra de sus manos con cuidado y atención, con un obvio placer y entregando parte de sí mismo en esa obra (como todo buen artista), un cosmos coherente y armonioso que funciona en concordancia con un plan bien pensado”. El siguiente diagrama sintetiza de qué forma el Creador dominó el vacío y asignó las estructuras de la creación. Él impuso orden y volvió fructífero al universo. En los primeros tres días, creó las “regiones estáticas”. En los siguientes tres días, las ocupó con “habitantes móviles”. (Por J. Richard Middleton, The Liberating Image: The Imago Dei in Genesis 1, [Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2005], p. 75)

“El Señor, creador de los cielos; el Dios que formó la tierra; el que la hizo y le dio forma; el que no la creó sin un propósito, sino que la creó para que fuera habitada, dice así: ‘Yo soy el Señor, y no hay otro.’” (Is. 45:18)

Traducido por Micaela Ozores

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.